Muy pronto en Pregunta publicaremos el nuevo y esperado libro de la poeta Begoña Abad, El techo de los árboles. Un poemario que va un paso más allá en la escritura de su autora, ya que, como indica el poeta y crítico literario José María García Linares
en el prólogo, Begoña Abad escribe «para iluminar, para resistir y para
comprender, concepto este último fundamental en todo el libro y
necesario para el despertar de la
conciencia del sujeto poético». Dividido en dos secciones ('Lo efímero'
y 'Lo eterno'), El techo de los árboles nos muestra dos maneras
múltiples de mirar y de sentir el amor en todas sus formas. Os dejamos dos poemas del libro:
No renuncies al temblor,
no renuncies a la herida,
al contrario no olvides cómo nació en ti
y cómo te cambió la vida.
Sólo así, herido de muerte
desde el primer quejido,
podrás agradecer cada soplo de aire,
cada mano que acaricie,
y sobre todo no olvidarás
que el otro también se duele
aunque sonría para acompañarte.
Vestir a mi madre
Un día sucede, sin aviso,
que te agachas definitivamente,
a ras de suelo,
que tocas sus pies y los descalzas,
que comienzas a mirarla desde abajo
sin verle los ojos,
comienzas a vestirla y ella se deja
apoyando sus manos en tus hombros.
Y no sucede nada más,
sin embargo tú percibes su derrota
y comienzas a amarla de otro modo,
vencida tú también, ambas vencidas,
y el tiempo comienza la cuenta atrás.
Muy pronto, más información y presentaciones de El techo de los árboles.
no renuncies a la herida,
al contrario no olvides cómo nació en ti
y cómo te cambió la vida.
Sólo así, herido de muerte
desde el primer quejido,
podrás agradecer cada soplo de aire,
cada mano que acaricie,
y sobre todo no olvidarás
que el otro también se duele
aunque sonría para acompañarte.
Vestir a mi madre
Un día sucede, sin aviso,
que te agachas definitivamente,
a ras de suelo,
que tocas sus pies y los descalzas,
que comienzas a mirarla desde abajo
sin verle los ojos,
comienzas a vestirla y ella se deja
apoyando sus manos en tus hombros.
Y no sucede nada más,
sin embargo tú percibes su derrota
y comienzas a amarla de otro modo,
vencida tú también, ambas vencidas,
y el tiempo comienza la cuenta atrás.
Muy pronto, más información y presentaciones de El techo de los árboles.