ENSAYO / ÍÑIGO LINAJE
Fernando Aínsa, visión y mirada de un artesano
Intelectual entre dos mundos, autor polifacético, hombre sencillo y entrañable... Fernando Aínsa es un escritor todoterreno que ha cultivado, a lo largo de su dilatada trayectoria, un amplio abanico de géneros: novela, ensayo, relato, poesía, etc. Gran conocedor y estudioso de la literatura hispanoamericana (campo donde ha destacado sobre todo y en el que cuenta con una bibliografía ingente), su maestría y buen hacer –amén de su erudición– le han llevado a escribir, estos últimos años, interesantes poemarios que brillan por su aliento narrativo y su carácter testimonial. Sin embargo, uno descubrió al Aínsa más ague- rrido y combativo, más discursivo y cabal, a través de un excelente ensayo titulado ‘Los guar- dianes de la memoria’, que aborda las con- secuencias de la globalización desde un prisma moral, político y filosófico. Ahora, gracias a la Editorial Pregunta, aparece este ‘Residencia y tránsito de las letras en Aragón’, una recopilación de reseñas y artículos literarios que el hispano-uruguayo ha publicado últimamente en periódicos, revistas y otros soportes virtuales. No deja de resultar admirable que un pequeño sello como Pregunta haya tenido la osadía de sacar a la luz un libro de este género –tan difícil de vender por sí mismo–, lo que habla para bien de lo arriesgado de su propuesta editorial. Pero lo cierto, y esto es lo que verdaderamente importa, es que estamos ante una obra notable y más que interesante (no solo para los amantes de la crítica, sino para el lector en general), escrita con el tino y la precisión de un artesano y, por supuesto, de un altísimo valor literario.
Dividido en dos grandes bloques –separados por un álbum fotográfico donde Aínsa es retratado junto a los escritores que reseña– el libro atiende en primer lugar a autores de origen aragonés y, en su segunda parte, a aquellos nacidos al otro lado del Atlántico. En la primera sección destacan las valoraciones que hace de la obra de David Mayor, Francisco Uriz o Luisa Miñana entre otros, además de un homenaje a Ramón J. Sender. Más extensa y sustanciosa, la segunda contiene retratos de José Donoso e Ida Vitale, así como textos que corresponden a presentaciones de amigos sudamericanos de paso por Zaragoza.
Hay que decir que en todos ellos encontramos la misma voz lúcida y serena de Fernando Aínsa, el mismo afán didáctico y revelador, igual rotundidad en juicios y digresiones. Y a la precisión extrema de sus análisis, hay que añadir una virtud más: su asombrosa habilidad para sacar jugo a algunas propuestas literariamente poco brillantes.
Mezcla de conocimiento, rigor e inteligencia, de constante indagación y pasión escritural, ‘Residencia y tránsito de las letras en Aragón’ es un libro que sirve de estímulo para la lectura de otros libros.
Es decir, literatura que se alimenta de sí misma y suscita otras lecturas. Este es, junto a la calidad de su palabra exacta, su valor más importante.
Dividido en dos grandes bloques –separados por un álbum fotográfico donde Aínsa es retratado junto a los escritores que reseña– el libro atiende en primer lugar a autores de origen aragonés y, en su segunda parte, a aquellos nacidos al otro lado del Atlántico. En la primera sección destacan las valoraciones que hace de la obra de David Mayor, Francisco Uriz o Luisa Miñana entre otros, además de un homenaje a Ramón J. Sender. Más extensa y sustanciosa, la segunda contiene retratos de José Donoso e Ida Vitale, así como textos que corresponden a presentaciones de amigos sudamericanos de paso por Zaragoza.
Hay que decir que en todos ellos encontramos la misma voz lúcida y serena de Fernando Aínsa, el mismo afán didáctico y revelador, igual rotundidad en juicios y digresiones. Y a la precisión extrema de sus análisis, hay que añadir una virtud más: su asombrosa habilidad para sacar jugo a algunas propuestas literariamente poco brillantes.
Mezcla de conocimiento, rigor e inteligencia, de constante indagación y pasión escritural, ‘Residencia y tránsito de las letras en Aragón’ es un libro que sirve de estímulo para la lectura de otros libros.
Es decir, literatura que se alimenta de sí misma y suscita otras lecturas. Este es, junto a la calidad de su palabra exacta, su valor más importante.
