En Heraldo de Aragón, el escritor y periodista Antón Castro entrevista a José Luis Esteban, actor y dramaturgo que acaba de publicar su primer libro de poemas, Big Bang, en Pregunta. Podéis leer la entrevista en este enlace y a continuación:
José Luis Esteban: “Si Zaragoza tuviera mar, sería la ciudad perfecta”
El
actor y dramaturgo José Luis Esteban (Zaragoza, 1963) debuta en la
poesía con ‘Big Bang’ (Pregunta) y dice que "es imposible permanecer al
margen de ella, aunque jamás hayamos leído un poema"
Antón Castro
¿Desde cuándo escribe poesía, qué lugar ocupa en la vida de un actor y rapsoda como usted?
Es imposible permanecer al margen de la poesía,
aunque jamás hayamos leído un poema. Los poemas no son más que la punta
del iceberg. Debajo está nuestra necesidad de comprender la verdadera
naturaleza de las cosas. La capacidad simbólica de del homo sapiens es
legendaria, y la poesía es su expresión más sofisticada. Si cuento las
cosas que pasan en el mundo soy un cronista. Si cuento cómo esas cosas
me pasan a mí, soy un poeta. Por encima de todo, además, soy actor, y
tiene que interesarme por fuerza ese territorio donde las palabras se
despojan de su valor convencional, adquiriendo una relevancia emocional y
auténticamente reveladora. El siguiente paso, atreverme a proponer yo
mismo una poesía posible, pues…. siempre digo que la inconsciencia es
muy creativa.
Ha montado varios espectáculos de poesía: underground, poesía contemporánea… ¿Cómo es y cuál es la poesía que le atrapa?
Cuando
leo un poema no puedo evitar ‘oírlo’. Siempre imagino cómo funcionará
hecho en un escenario. Si además de ‘oírlo’ bien se produce un click,
una vibración, una onda que me arrebata y me coloca en otro lugar,
entonces tiene lugar ese fenómeno, para mí fascinante, en que poeta,
poema y lector se funden en un solo organismo. Me ha pasado muchísimas
veces. Con Whitman, con Lorca, con Allen Ginsberg, con Gil de Biedma, con Ferlinguetti, con Manuel Vilas...
¿Qué le pide a un poema y a un poeta?
Al
poeta, que escriba con las puertas bien abiertas. Al poema, que me
emocione, que me sorprenda y que no trascendentalice sobre sí mismo. Y a
la poesía, que nunca pierda su capacidad de jugar con el asombro.
Vayamos
con ‘Big Bang’, que publica la editorial aragonesa Pregunta. ¿Cómo
nace? Leyéndolo parece un libro que surge del azar y de una toma de
posición también.
El
azar es el dueño del tablero donde jugamos todos. Para que se produzca
un acto de escritura, el que sea, múltiples piezas tienen que encajar en
sitios muy complejos… y azarosos: hay que tener motivo, tiempo,
oportunidad, paciencia, capacidad… y una intención, sea la que sea. En
mi caso, en todos mis trabajos, hay una invitación al arrojo, a la toma
de conciencia, a la audacia de convertirnos en verdaderos protagonistas
de nuestra vida. Los dos peores defectos de nuestra era son el
aburrimiento y el conformismo.
Tras leer el primer texto, largo, le preguntaría: ¿contra quién está José Luis Esteban? ¿Quiénes son “los sembradores de la posverdad”?
Estoy
en contra de los que prefieren que nos quedemos en casa, con las
ventanas bien cerradas, y que nos conformemos con contemplar la vida que
nos cuentan en Netflix, Google o el ‘Sálvame’. Que es superentretenida,
y soy el primero que le gusta probarla, pero que a la larga nos
convierte en simples espectadores, en sujetos pacientes. El poder le
tiene mucho miedo a la ciudadanía activa. Hoy en día vivimos una batalla
nueva de una guerra muy vieja: la que libra el pastor para que las
ovejas no se le desmanden. Ahí está el germen primero de la posverdad,
porque ni somos ovejas, ni el pastor tiene más poder que el que las
mismas ovejas convengan darle.
¿Por qué debemos atrevernos a salir a la calle y cruzar la puerta?
Porque
solo vivimos una vez, porque tenemos tan poco tiempo y hay tantas cosas
que ver, entender, contar, mejorar, que es una pena perdérnoslas
encerrados en casa. Porque creo firmemente que solo nos arrepentimos de
las cosas que no hacemos. Y porque, como ciudadano privilegiado del
primer mundo, tengo una responsabilidad contraída con toda la gente que
no tiene la misma fortuna que yo.
¿Por
qué ‘Big Bang’? ¿Desde cuándo le interesa tanto la ciencia? Aquí hace
hablar hasta a una particular elemental… a un tronco, de árbol o humano,
sin piernas ni abrazos…
Soy
un tipo con mucha curiosidad por todo lo que no entiendo. Me fascina la
ciencia, sobre todo la física cuántica, he perdido tal vez demasiado
tiempo intentando leer cosas sobre ella, y como no he entendido ninguna,
las he convertido en una mitología personal y las he desparramado, en
un big bang incontenible, por las páginas de este libro. Creo que la
ciencia, hoy en día, es un manantial inagotable de mitologías que
creadores de todo el mundo están aprovechando para concebir las nuevas
fábulas.
¿Ha querido hacer como una especie de monólogos, un tanto incontenibles, torrenciales, de un actor que se encadena a la poesía?
Soy
consciente de que leyendo ‘Big Bang’ se detecta detrás la existencia de
un actor que se desdobla en múltiples máscaras. Y sí, hay una intención
deliberada de torrencialidad. Me gusta la literatura torrencial, y he
querido ser extremadamente sincero en cada verso. Irónico, desparramado,
demencial, tierno y sincero. La poesía no es para mí un fin en sí
misma, sino un medio, un punto de apoyo para poder contarlo todo.
¿Hasta qué punto le interesa o le obsesiona o le persigue el mar?
Es
lo único que le falta a Zaragoza para ser la ciudad perfecta. Si
tuviéramos más mar, tendríamos más autoestima y menos prejuicios
vecinales.
¿Qué le debe al barrio de Garrapinillos, qué tiene para usted? Le pregunto porque lo cito mucho.
Garrapinillos
me fascinaba ya de pequeño, cuando mis padres me llevaban al aeropuerto
a ver los aviones y atravesábamos ese lugar misterioso poblado de
americanos, verdor inexplicable y chalets chulísimos. Si en algún lugar
de Zaragoza hay un playa que linda con el Océano Pacífico, tiene que ser
en Garrapinillos. Lo cuento en el libro.
¿En
qué medida este libro es también el laberinto de citas, de sensaciones,
de cultura y de vivencias de un ciudadano y artista como usted?
Algo
tengo que hacer con todas las películas que he visto, los libros que he
leído, los mitos que me han hecho ciudadano y artista. ¿Quién recuerda
hoy a Busby Berkeley, a Randolph Scott, a Cimarrón, al padre Karras, a
Carlos Castaneda? Encontrar un espacio ficcional donde mezclarlos a
todos y convertirlos en poema ha sido una de mis intenciones
principales.
Le dedicas un poema a Mark Zuckerberg, que tiene mucho de biografía imaginaria y quizá real de un actor como tú. ¿Qué te sugiere este señor?
Para
escribir ‘Big Bang’ me he mirado en muchos espejos, y la mayoría me han
devuelto una imagen deformada, crítica e irónica de mí mismo. En cuanto
al señor de Facebook, ¿qué puedo decir? Yo, que soy hijo de Tolkien
tanto como de Cervantes
o de John Ford, admiro su capacidad para crear una red en la que
atraparnos a todos. Las redes sociales son geniales, pero a la vez
estamos sufriendo sus peligrosos efectos secundarios. Aprenderemos.
Siempre lo hacemos.
¿Cómo define su humor y su ironía?
Uno
de los grandes patrimonios que los aragoneses hemos regalado al mundo
es nuestro sentido del humor. Somos ingeniosos, implacables en la
réplica, rápidos, descarnados, tiernos, rebeldes y completamente
sorprendentes. No hablo del humor domesticado del aragonesismo ramplón,
sino del que podemos oír en la calle, en los bares, en las tiendas… y
por supuesto, en muchos de nuestros artistas. Intento seguir esa estela,
porque aborrezco la solemnidad y los elitismos. Para mí la ironía es un
punto de vista innegociable.
¿Cómo va la escritura de esa pieza sobre el Quijote que estrenarán a final de año con El Temple?
Hace menos de un mes que terminé la primera redacción de ‘Don Quijote somos todos’. Empezamos ya enseguida la primera fase de ensayos, donde el texto se
irá ajustando a las necesidades de la escena y de los actores. Me
encanta ese proceso, donde el oído del dramaturgo se ajusta con el
escenario. Y creo que vamos a hacer un espectáculo sorprendente, en el
tono y en el punto de vista. Mis hermanos de Teatro del Temple me han
dado toda su confianza y yo les estoy profundamente agradecido. Ya estoy
deseando que llegue el estreno en el Teatro Principal, el próximo
noviembre.
TRES POEMAS
FIN DE AÑO
Han venido a verme
los fantasmas esta Nochevieja.
No sé si a despedirse
o a renovar el contrato.
***
AUTOBIOGRAFÍA
Tengo que vivir un rato
pero no sé por dónde empezar.
Eso sí.
En cuanto me decida
ya no me detengo.
Viviré sin fin.
***
NATURALEZA
El estanque del jardín se pudre.
Alguien arrojó dentro al gato de Schrödinger
y el agua se corrompió siete veces
tantas como murió el gato
revelación
Ustedes no saben
la cantidad de gente
que no ha venido a este mundo.
*Del poemario 'Big Bang' (Pregunta), que se presenta el jueves
20, a las 20.00, en La Campana Underground (calle Prudencio). Participan
el autor, los editores, el poeta y profesor David Mayor y el actor
Francisco Fraguas. Habrá música y performance con Naiel Ibarrola y J. J.
Gracia.